Publicado el

¿Cómo nació el Coffee Break?

El coffee break o la pausa para el café, tal y como la conocemos, está actualmente reconocida y adaptada en la sociedad actual. Y es que son múltiples los beneficios que ocasiona, desde el aumento de la producción hasta la mejora del estado de ánimo de los trabajadores, ya que este descanso les permite disfrutar de un pequeño paréntesis en su jornada laboral a la vez que les mantiene alerta y despiertos.

Sin embargo, son varias las teorías que encontramos sobre el nacimiento de este descanso. Son muchas las fuentes que sostienen que, la actual pausa para el café o coffee break, empezó durante la Segunda Guerra Mundial en los Estados Unidos de América, cuando muchos de los hombres cruzaban al otro lado del globo con el fin de luchar en la guerra. A causa de las necesidades originadas en la misma, se produjo la expansión de muchas fábricas y la construcción de otras nuevas, especialmente de las relacionadas con la construcción de aviones, a la que se unieron miles de mujeres. Estas fábricas trabajaban las 24 horas del día durante toda la semana, por lo que surgió la necesidad de mantener en alerta los trabajadores para poder realizar esas largas horas de turno. Por esta razón se introdujo un descanso de 15 minutos cada cuatro horas para poder tomar el café. Una vez ganada la guerra, los sindicatos de trabajadores ganaron poder y una de sus demandas era tener estos descansos establecidos en los contratos de los trabajadores. Por supuesto, los empresarios vieron enseguida los beneficios ya que vieron los beneficios en la producción, quedando en ese momento establecido lo que actualmente conocemos como «coffee break».

Otras teorías sostienen que la pausa para el café llego en 1902 en Buffalo, Estados Unidos, donde la empresa New York’s Barcolo Manufacturing Company consagró el derecho laboral no escrito pero indiscutible de tener cinco minutos para tomarse el coffee break. Ni uno más ni uno menos.

Otras fuentes sostienen que fue durante la revolución industrial inglesa, después de la invención de la cafetera, cuando surge esta tradición. Y es que se permitía a los trabajadores tomar una taza de café durante la jornada laboral con el propósito de mantenerlos despiertos y alerta.

Por último, se conoce que dicha pausa es adoptada en América del Norte, específicamente en el estado de Winsconsin en el siglo XIX. Es en esa época cuando las esposas de los inmigrantes noruegos comenzaron a trabajar en las tabacaleras locales. Estas mujeres aceptaron el trabajo pero también solicitaron un permiso especial para poder salir de la oficina durante periodos pequeños de tiempo para cuidar a sus hijos por la mañana y por la tarde. Una vez terminadas sus labores se les obsequiaba con una taza de café totalmente gratis, en nombre del dueño de la fábrica el señor Osmun Gunderson.

Aunque con orígenes inciertos, actualmente el coffee break es una tradición expandida y aceptada en la sociedad, y, sobre todo, muy útil y placentera.

Café caliente o frío. ¿Cuál es el más sano? Pues depende de muchos aspectos, aunque la mayoría sostiene que una taza de café frío es mucho más saludable que el café caliente.

El café nos gusta en todas sus formas y presentaciones. Su aroma y sabor nos cautiva, la energía que nos aporta mejora nuestro estado de ánimo y sentarnos con una taza en la mano nos aporta tranquilidad

. ¿Qué es más sano, el café caliente o frío?

Pues depende de muchas cosas, puede ser más sano uno u otro. Al parecer los diversos estudios no se ponen de acuerdo. Aunque la mayoría sostiene que una taza de café frío es mucho más saludable que el café caliente.

  • El café frío es menos ácido. Eso hace que el esmalte natural de los dientes se vea menos afectado. Y además mejora el funcionamiento del sistema digestivo.
  • Más hidratante. Según un estudio de la Universidad de Birmingham beber café frío en cantidades moderadas proporciona cualidades hidratantes similares al agua.
  • Ayuda a hacer ejercicio. El potencial refrescante del café frío unido a los beneficios aportados por la cafeína mejora nuestro rendimiento. El café libera ácidos grasos de nuestro tejido adiposo, mejorando el rendimiento físico de aquellos que lo consumen antes de hacer deporte. El café frío prepara al cuerpo para hacer ejercicio, al tiempo que ayuda en la pérdida de peso y quema de calorías.
  • Más felicidad y relax. Una taza de café caliente puede aportar un respiro, pero también puede ser que nos lo tomemos con urgencia para que la cafeína llegue más pronto a nuestro organismo y nos aporte la energía que necesitamos. Sin embargo, el café frío suele tomarse con calma, disfrutándolo y creando un momento de placer y relax.