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¿Elegir café caliente o frío?

Pero si todavía no sabes si elegir entre café caliente o frío te contamos que el café frío ofrece más opciones para apreciar los distintos aromas. Al tomar un café caliente, le soplamos, y los matices de sabor que aportan las semillas del café, se pierden (mucho más si te quemas la lengua). El café frío los intensifica dando lugar a un sabor a café renovado y más agradable.

¿Todavía no te decides entre café caliente o frío? Te damos una razón más. No hay que esperar a beberlo. Es una forma fresca de solucionar la sed al instante y de disfrutar de todos los placeres del café al momento.

Sin embargo hay una cosa que la elaboración del café frío no produce tanto: los antioxidantes. Según un estudio de la Universidad Thomas Jefferson, los cafés de preparación caliente tenían niveles más altos de antioxidantes. El método de preparación en caliente tiende a extraer más ácidos no desprotonados que el método de preparación en frío. Estos ácidos pueden ser responsables de las actividades antioxidantes más altas observadas en las muestras de café caliente.

El café caliente o frío tiene numerosas propiedades beneficiosas para nuestra salud. De tu gusto depende elegir una opción u otra.

Beneficios del café para nuestra salud.

Una de las opciones que tenemos para afrontar la rutina, el cansancio y el sueño, además de posponer la alarma unos minutos, es una taza de café. Las palabras de Harry Mahtar «yo orquesto mis mañanas al son del café» nos recuerdan que a pesar de estar hilado al estrés y a las prisas, contiene una serie de beneficios que serán muy saludables para la salud. A continuación enumeramos las cinco propiedades.

  1. Mejora la productividad física y psicológica

La cafeína hace aumentar notablemente los niveles de la hormona epinefrina diseñada para que el cuerpo se mueva con más energía. Esta hormona también ayuda a mejorar aspectos del cerebro como la memoria y el ánimo.

  1. Contiene muchos nutrientes importantes

Una taza de café nos ofrece un porcentaje de nutrientes básicos (riboflavina, ácido pantoténico, manganeso, potasio, magnesio y niacina) con las vitaminas B2, B3 y B5 ayudando al funcionamiento del sistema inmunológico.

  1. Ayuda a combatir las cefaleas

El café tiene propiedades para detener el dolor de migrañas ya que los vasos sanguíneos son contraídos por los extractos de cafeína generando un alivio del 70%. Un estudio reciente demuestra que los consumidores de café reducen enfermedades neurodegenerativas hasta en un 65% previniendo el Alzhéimer y la demencia.

  1. Una gran fuente de antioxidantes

Si tomas una taza de café sin ningún complemento adicional, como el azúcar o la leche, favorece la quema de grasas y acelera el metabolismo. Además contiene una cantidad de antioxidantes quinientas veces superior a la fruta o a la verdura.

  1. Defiende al hígado frente a la cirrosis

Gracias a la composición química de agentes inflamatorios y oxidantes hace que se consiga reducir hasta un 80% sufrir cirrosis o enfermedades hepáticas.

La cafeína y el café ayudan en el deporte

Además, la cafeína ayuda a la recuperación muscular y reduce las temidas “agujetas”. Esto se debe a que la cafeína actúa como antagónica de la adenosina, una sustancia que liberan los músculos cuando se producen microlesiones en ellos debido a un esfuerzo elevado. A ello se suma que el consumo de café aumenta la velocidad de relleno de los depósitos de glucógeno de nuestro organismo. El glucógeno es la sustancia que se almacena en los músculos y que es un combustible para ellos, evitando así el dolor muscular.

Otra de las ventajas del café para los deportistas es que la cafeína es rápidamente absorbida por el cerebro. Esto puede tener un efecto directo en el sistema nervioso central y afectar a sus percepciones de esfuerzo, dolor y cansancio. Además, al aumentar el estado de alerta mental y mejorar el estado de ánimo, lo cual potencia el deseo de incrementar la actividad deportiva.

Además, si haces deporte para perder peso has de saber que el café ayuda a incrementar la oxidación de las grasas y a reducir los hidratos de carbono. Diversos estudios señalan que el café aumenta el ritmo del metabolismo y ayuda a quemar grasas. Así que combinar café y ejercicio puede ser un complemento perfecto a tu dieta.

Eso sí, hay que tener cuidado y consumir el café con moderación a la hora de hacer deporte. La cafeína puede tener un efecto diurético y si tomas mucho café antes de hacer deporte puede ser perjudicial, ya no solo por las ganas de ir al baño sino también por la posible deshidratación.

Por eso es importante consumir alrededor de 3 a 6 miligramos de cafeína por kilo de peso corporal, lo que se traduce en un máximo de dos tazas de café antes de empezar la práctica deportiva. Tomar más, además del efecto diurético, podría acelerar tu ritmo cardíaco y eso causaría problemas. Una recomendación que suelen hacer los expertos es probar en los entrenamientos. Es el mejor momento para comprobar como asimilas el tomar café antes de la práctica deportiva. No te dejes guiar por lo que te digan otros, cada persona es distinta y lo que a unos les sienta bien a otros puede resultarle un problema.

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¿Cómo nació el Coffee Break?

El coffee break o la pausa para el café, tal y como la conocemos, está actualmente reconocida y adaptada en la sociedad actual. Y es que son múltiples los beneficios que ocasiona, desde el aumento de la producción hasta la mejora del estado de ánimo de los trabajadores, ya que este descanso les permite disfrutar de un pequeño paréntesis en su jornada laboral a la vez que les mantiene alerta y despiertos.

Sin embargo, son varias las teorías que encontramos sobre el nacimiento de este descanso. Son muchas las fuentes que sostienen que, la actual pausa para el café o coffee break, empezó durante la Segunda Guerra Mundial en los Estados Unidos de América, cuando muchos de los hombres cruzaban al otro lado del globo con el fin de luchar en la guerra. A causa de las necesidades originadas en la misma, se produjo la expansión de muchas fábricas y la construcción de otras nuevas, especialmente de las relacionadas con la construcción de aviones, a la que se unieron miles de mujeres. Estas fábricas trabajaban las 24 horas del día durante toda la semana, por lo que surgió la necesidad de mantener en alerta los trabajadores para poder realizar esas largas horas de turno. Por esta razón se introdujo un descanso de 15 minutos cada cuatro horas para poder tomar el café. Una vez ganada la guerra, los sindicatos de trabajadores ganaron poder y una de sus demandas era tener estos descansos establecidos en los contratos de los trabajadores. Por supuesto, los empresarios vieron enseguida los beneficios ya que vieron los beneficios en la producción, quedando en ese momento establecido lo que actualmente conocemos como «coffee break».

Otras teorías sostienen que la pausa para el café llego en 1902 en Buffalo, Estados Unidos, donde la empresa New York’s Barcolo Manufacturing Company consagró el derecho laboral no escrito pero indiscutible de tener cinco minutos para tomarse el coffee break. Ni uno más ni uno menos.

Otras fuentes sostienen que fue durante la revolución industrial inglesa, después de la invención de la cafetera, cuando surge esta tradición. Y es que se permitía a los trabajadores tomar una taza de café durante la jornada laboral con el propósito de mantenerlos despiertos y alerta.

Por último, se conoce que dicha pausa es adoptada en América del Norte, específicamente en el estado de Winsconsin en el siglo XIX. Es en esa época cuando las esposas de los inmigrantes noruegos comenzaron a trabajar en las tabacaleras locales. Estas mujeres aceptaron el trabajo pero también solicitaron un permiso especial para poder salir de la oficina durante periodos pequeños de tiempo para cuidar a sus hijos por la mañana y por la tarde. Una vez terminadas sus labores se les obsequiaba con una taza de café totalmente gratis, en nombre del dueño de la fábrica el señor Osmun Gunderson.

Aunque con orígenes inciertos, actualmente el coffee break es una tradición expandida y aceptada en la sociedad, y, sobre todo, muy útil y placentera.

Café caliente o frío. ¿Cuál es el más sano? Pues depende de muchos aspectos, aunque la mayoría sostiene que una taza de café frío es mucho más saludable que el café caliente.

El café nos gusta en todas sus formas y presentaciones. Su aroma y sabor nos cautiva, la energía que nos aporta mejora nuestro estado de ánimo y sentarnos con una taza en la mano nos aporta tranquilidad

. ¿Qué es más sano, el café caliente o frío?

Pues depende de muchas cosas, puede ser más sano uno u otro. Al parecer los diversos estudios no se ponen de acuerdo. Aunque la mayoría sostiene que una taza de café frío es mucho más saludable que el café caliente.

  • El café frío es menos ácido. Eso hace que el esmalte natural de los dientes se vea menos afectado. Y además mejora el funcionamiento del sistema digestivo.
  • Más hidratante. Según un estudio de la Universidad de Birmingham beber café frío en cantidades moderadas proporciona cualidades hidratantes similares al agua.
  • Ayuda a hacer ejercicio. El potencial refrescante del café frío unido a los beneficios aportados por la cafeína mejora nuestro rendimiento. El café libera ácidos grasos de nuestro tejido adiposo, mejorando el rendimiento físico de aquellos que lo consumen antes de hacer deporte. El café frío prepara al cuerpo para hacer ejercicio, al tiempo que ayuda en la pérdida de peso y quema de calorías.
  • Más felicidad y relax. Una taza de café caliente puede aportar un respiro, pero también puede ser que nos lo tomemos con urgencia para que la cafeína llegue más pronto a nuestro organismo y nos aporte la energía que necesitamos. Sin embargo, el café frío suele tomarse con calma, disfrutándolo y creando un momento de placer y relax.
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Propiedades de la infusión del Café Colombiano

Propiedades de la infusión del café colombiano

El café colombiano posee un carácter propio y distintivo, fácilmente reconocible por los especialistas cafeteros. Su aroma, sabor y textura son una experiencia sensorial única, que ha sido alabada en todo el mundo. Veamos cuales son las extraordinarias propiedades que le han hecho convertiste en todo un referente del sector.

Aroma del café colombiano

Estos granos son reconocibles por tener un aroma dulce y acaramelado, con ciertas notas a coco. Su fragancia es muy pronunciada, debido a una simbiosis perfecta de los factores que facilitan su cultivo.

Sabor y textura del café colombiano

Otro de los aspectos más reconocibles de este café, es por ser uno de los más agradables y suaves al paladar.

Posee un sabor complejo, que lo hace muy apreciado por los amantes del café. Se puede distinguir un sabor dulce y afrutado, con notas que nos recuerdan al de los cítricos y con ligeros toques a nuez. Su cuerpo es balanceado y con un nivel elevado de acidez.

Como puedes imaginar, todo ello su cata se convierte en una experiencia muy atractiva para los sentidos.

Características del café colombiano

Para que el café colombiano alcance su calidad sobresaliente necesita de unas características muy específicas para un desarrollo óptimo.

Temperatura y clima

Como en cualquier cultivo, el desarrollo de las plantas varia de sobremanera dependiendo del clima y la temperatura en la que se desarrollan.

Por ello, se sabe que la temperatura ideal para los granos colombianos rondan entre los 18º y los 24º de media. Estas temperaturas se encuentran con facilidad en las montañas Colombianas, las cuales sobrepasan los 5.000 metros de altura.

Las variaciones de temperatura son bastante constantes durante todo el año, y por ello permiten generar unos niveles óptimos de azucares y otros compuestos. Dichos factores favorecen el desarrollo del fruto, asegurando un cuerpo balanceado y la obtención de un nivel de acidez correcto.

El café colombiano se cultiva principalmente en las vertientes de las tres ramas de la Cordillera de los Andes y la Sierra Nevada de Santa Marta. Esto significa que las plantaciones de café recorren el país de Norte a Sur. Aunque a efectos prácticos, el área destinada para el cultivo y la recolección ocupa entre 850.000 y 900.000 hectáreas.

Suelo del cultivo

Otro de los factores más importantes en el desarrollo del grano del café colombiano, es el suelo en el que la planta desarrolla sus raíces.

A diferencia de otros países productores, los suelos de las montañas colombianas tienen una amplia variedad de tipologías. Una de sus principales características es que mayoritariamente provienen de cenizas volcánicas, por lo que son muy ricos en materia orgánica y minerales. Esto le otorga unas buenas condiciones físicas, y reduce notablemente la necesidad de fertilizantes. Esto hace posible que la tierra sea extremadamente fértil y no requiera añadir otros elementos como Zinc o Boro.

En las tres cordilleras andinas, se encuentran suelos de origen ígneo, metamórfico y sedimentarios. Además, la tierra varía desde arenosa y pedregosa hasta arcillosa. Por su parte, los relieves pueden ser planos, ligeramente ondulados o totalmente abruptos. Siendo los dos primeros los más usado para el cultivo.

Para cultivar café es indispensable una buena aireación del suelo. Esta cualidad permite que la planta absorba todos los nutrientes necesarios. Es ahí cuando la estructura del suelo cobra especial importancia. En el caso de la zona cafetera colombiana, su estructura permite que el material orgánico se descomponga lentamente.

Otras características que favorecen el crecimiento del cafeto son unos suelos poco ácidos y que retengan la humedad correctamente.

Cantidad de agua necesaria

La cantidad de agua procedente de las lluvias es muy importante para el cultivo del café. Gracias a su localización, Colombia está bajo la influencia del Amazonas, los valles interandinos y los océanos Atlántico y Pacífico.

Todos estos elementos geográficas favorecen la aparición zonas húmedas y con lluvias constantes y regulares, manifestadas en diferentes tipologías de climas, lo cual permite unas condiciones muy propicias para el cafeto.

En Colombia, existe un fenómeno climático que no se da en el resto de zonas productoras de café. El ZCIT, Zona de Confluencia Intertropical, es una confluencia de vientos alisios de los hemisferios Norte y Sur. Este fenómeno proporciona dos grandes temporadas de lluvia al año en el centro del país. Los meses de mayores precipitaciones son de abril a Mayo y de Octubre a Noviembre.

Al pasar el ZCIT dos veces por la zona cafetera, junto con los diferentes relieves del terreno, se favorece la distribución de las cantidades de lluvia para completar el ciclo de cultivo.

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Con qué acompañar el café

El café tiene una gran versatilidad al momento de encontrarle un buen complemento, pues sus cualidades (aroma, sabor, cuerpo, acidez e impresión global) tienen infinidad de variaciones.

Estas características sobresalen con mayor fuerza según el método de preparación, es así como, para cada estilo de bebida hay una buena combinación.

Estos son algunos de los métodos de preparación y sus cualidades:

  1. Café espresso: Es un café con mucho cuerpo, de sabor fuerte y con una acidez marcada.
  2. Capuchino: Se deriva de un café espresso más leche y leche cremada. Es una bebida suave.
  3. Chemex: Está bebida es preparada mediante un método artesanal del mismo nombre. Su proceso de filtrado permite la obtención de una taza limpia y ligera con evidentes notas dulces.
  4. Prensa francesa: Este método entrega una taza de café bastante balanceada en sus sabores, sin embargo, prevalecen algunas notas ácidas, el sabor dulce se percibe en mayor medida sin opacar la acidez.

Debemos tener presente que a la hora de seleccionar aquello que combinaremos con nuestro café, debe oponerse al sabor que prevalece en la taza para lograr un buen equilibrio. Para un café muy ácido, un snack dulce.

Teniendo en cuenta esto, sería preciso para un espresso un chocolate de sabor intenso que resalte su cuerpo. Para un café suave como el capuchino un bocado de harina dulce estaría bien y para los diferentes métodos de filtrado se puede realizar una combinación con algún alimento suave con toques cítricos.

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¿Que es un café arábica?

El café arábica es una especie de arbustos de la familia Rubiaceae, que abarcan casi el 60% de la producción mundial de café. Este fue el arbusto que Kaldí, según la leyenda popular, descubrió finalizando el primer milenio D.C.

El Robusta y el Arábica son los cafés que inundan el mercado mundial. Sin embargo, este último es el más apetecido por sus características y atributos.

La semilla de este arbusto es conocida por el mismo nombre. Luego de pasar por el proceso de producción, ofrece una taza con tonos afrutados, de alta acidez, cuerpo medio y aromas perfumados y florales (claro, esto varía un tanto según la tostión, la molienda y el método de preparación).

Además, en promedio, la cafeína de un Robusta está entre 1,7 y 4%, mientras que el del Arábica está entre el 0,8% y el 1,4%.

Según la Organización Internacional del Café (OIC), son cuatro los tipos principales de café comercial: Robusta, Suaves Colombianos (Arábica), Naturales Brasileños (Arábica) y Otros Suaves (Arábica).

Al momento de valorar el café, no solo influyen la variedad y sus particularidades, sino su tratamiento y su origen. Aunque, en general, una taza de café Arábica es más valorada que una de Robusta dentro del mercado, la mano de un buen barista puede sacar lo mejor de cada grano.

Ahora que ya sabes cuál es el café Arábica, ¿por qué no intentas preparar algo delicioso con este tipo de café?

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¿Que es un buen café?

Dice el refrán popular que entre gustos no hay disgustos. Sin embargo, existen ciertas características que nos permiten reconocer un buen café.

A veces no se trata solamente de tomar café por tomarlo, se trata también de aprender a disfrutar de esta maravillosa bebida bajo otras perspectivas para hacer del placer algo que también podamos comprender.

Vamos al grano…

De entrada podemos decir que no hay duda de que un buen café debe provenir de buenos granos. Por fortuna, para todos los que habitan en Colombia, los granos de nuestro bello país son actualmente un referente mundial en términos de calidad y sabor. Se trata de una cuestión privilegiada debido a las condiciones geográficas de nuestras tierras (zona tropical de alta montaña) y, claro está, al arduo y minucioso trabajo de nuestros campesinos.

Tratar de resumir en solo unas cuantas palabras todo el conocimiento que gira en torno al tema del café sería como tomarse un café muy aguado… quedaría la sensación de que mucho del cuerpo y sabor brillaron por su ausencia.

Sin embargo, en esta ocasión repasaremos algunos aspectos básicos que se deben tener en cuenta a la hora de calificar un buen café típico colombiano.

Cabe recordar que son muchas las variedades de café alrededor del mundo. No obstante, y en nuestro contexto local, el Arábica es la especie predominante en nuestras tierras.

Ya con un poco de contexto en mente podemos empezar a trazar las bondades y características primarias que debería tener un arábigo colombiano el cual, en su presentación tradicional, debe ser de sabor suave, con alta acidez, cuerpo balanceado y fuerte aroma.

Si por el contrario lo que buscamos es un sabor más fuerte para los sentidos, el café de denominación fuerte sería el ideal en el que el sabor y el aroma se intensifican mientras que la acidez baja, permitiendo conservar por más rato en el paladar todo el sabor del grano.

Para los que prefieren un poco más de equilibrio a la hora de saborear una buena taza, presentaciones de café tipo medio brindan ese balance de cuerpo, aroma y acidez medios.

En cualquiera de los casos mencionados se deben tener muy en cuenta los diferentes grados de tostión dependiendo del sabor que se prefiera y, a la hora de la preparación, emplear agua de excelente calidad para no afectar el resultado final. También es importante la temperatura de esta, debe estar en punto de ebullición para que las partículas aromáticas y de sabor puedan ser liberadas de manera correcta.

Sobra decir que los elementos que usemos para la preparación de nuestro café, como cucharas, tazas, ollas, filtros o cafeteras, deben estar completamente limpios y libres de impurezas.

Ante las dudas, solo basta recordar las célebres palabras del político francés Talleyrand cuando afirmaba que “Un buen café debe estar caliente como el infierno y ser negro como el diablo, puro como un ángel y dulce como el amor”.

¿Vamos por un café?

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Para preparar un buen café, la temperatura del agua es el comienzo…

A la hora de preparar el café molido, el agua y su temperatura son claves. La temperatura ideal del café depende de la altura al nivel del mar donde lo preparemos, esta varía entre los 90°C-96°C, es por eso que el método de ver las burbujas subir en la olla o estar a punto de ebullición, es de gran ayuda si no sabes la temperatura adecuada para el café en tu ciudad o no tienes a la mano un termómetro.

Esta clave es importante para lograr una extracción adecuada del café. Si el agua está más fría se dará una subextracción dando una taza pálida y débil de sabor, pero si por el contrario está más caliente se dará una sobre extracción  con sabores fuertes y amargos.

  1. Después de preparado el café, lo mejor es tomarlo lo más pronto posible. Sin embargo, si eres de los que prefiere consumirlo en el trabajo, para conservar el sabor y el aroma es importante depositarlo en un recipiente que mantenga la temperatura entre 65 y 80°C.
  2. Después de molido, el café es propenso a oxidarse, por lo que si no es posible realizar la molienda justo antes de la preparación, se recomienda almacenarlo ya molido en recipientes herméticos que no permitan la entrada de aire.
  3. El calor que emanan las estufas, los hornos, los microondas y otros elementos pertenecientes a las cocinas, acelera la oxidación del café, haciendo que pierda sus características.

Guarda el café molido en un recipiente hermético y preferiblemente en la nevera -o bien en una alacena alejada del calor-, en un espacio apartado de los alimentos que desprendan olores fuertes, ya que podrían transferirlos y estropear su sabor.

  1. Ahora bien, si se cuenta con la capacidad de adquirir un horno tostador y un molinillo, la tarea será mucho más fácil, pues basta con almacenar el grano verde en un recipiente hermético, lo que te asegurará que el sabor y el olor permanezcan sin alteraciones.