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Para preparar un buen café, la temperatura del agua es el comienzo…

A la hora de preparar el café molido, el agua y su temperatura son claves. La temperatura ideal del café depende de la altura al nivel del mar donde lo preparemos, esta varía entre los 90°C-96°C, es por eso que el método de ver las burbujas subir en la olla o estar a punto de ebullición, es de gran ayuda si no sabes la temperatura adecuada para el café en tu ciudad o no tienes a la mano un termómetro.

Esta clave es importante para lograr una extracción adecuada del café. Si el agua está más fría se dará una subextracción dando una taza pálida y débil de sabor, pero si por el contrario está más caliente se dará una sobre extracción  con sabores fuertes y amargos.

  1. Después de preparado el café, lo mejor es tomarlo lo más pronto posible. Sin embargo, si eres de los que prefiere consumirlo en el trabajo, para conservar el sabor y el aroma es importante depositarlo en un recipiente que mantenga la temperatura entre 65 y 80°C.
  2. Después de molido, el café es propenso a oxidarse, por lo que si no es posible realizar la molienda justo antes de la preparación, se recomienda almacenarlo ya molido en recipientes herméticos que no permitan la entrada de aire.
  3. El calor que emanan las estufas, los hornos, los microondas y otros elementos pertenecientes a las cocinas, acelera la oxidación del café, haciendo que pierda sus características.

Guarda el café molido en un recipiente hermético y preferiblemente en la nevera -o bien en una alacena alejada del calor-, en un espacio apartado de los alimentos que desprendan olores fuertes, ya que podrían transferirlos y estropear su sabor.

  1. Ahora bien, si se cuenta con la capacidad de adquirir un horno tostador y un molinillo, la tarea será mucho más fácil, pues basta con almacenar el grano verde en un recipiente hermético, lo que te asegurará que el sabor y el olor permanezcan sin alteraciones.